nutrición clínica

La nutrición en pediatría

La evolución de la práctica de la ciencia de la nutrición tiene una historia relativamente corta comparada con las demás ciencias de la salud. En la primera mitad, antes de la existencia de los programas de formación en las universidades, era básicamente una labor técnica de corte alimentario que se desarrolló a nivel hospitalario. Con los primeros programas universitarios, crece la participación del novel profesional nutriólogo/nutricionista (dependiendo de la denominación del país) en el ámbito poblacional y durante bastante tiempo, esta área fue la que absorbió primordialmente a los cada vez más egresados. En los últimos 20 años, la evolución del conocimiento ha permitido la revaloración de la nutrición clínica (llevada a cabo tanto afuera como dentro del hospital), el posicionamiento definitivo de la nutrición poblacional, el auge exponencial de la nutrición deportiva y una paulatina consolidación de la nutrición relacionada con la gestión en servicios de alimentación colectiva.

En el área clínica, y específicamente aquella relacionada con los adultos, el crecimiento ha sido vertiginoso, en especial en Latinoamérica. La posición del nutricionista clínico en los equipos interdisciplinarios es cada vez más profunda y enraizada, a un punto tal, que en muchas instituciones no se evoluciona el tratamiento del paciente sin la opinión del profesional nutriólogo/nutricionista (dependiendo de la denominación del país). La nutrición clínica en pediatría o nutrición pediátrica o nutriología pediátrica, por otro lado, requiere todavía un impulso importante para terminar de consolidarse como las demás áreas. Sería mezquino no reconocer las cualidades profesionales y el impulso que diversos nutriólogos/nutricionistas (dependiendo de la denominación del país) le vienen dando a través de esfuerzos de investigación, difusión y formación en varios países de Iberoamérica, sin embargo, todavía es necesario formar una masa crítica que pueda consolidar una práctica de nutrición clínica pediátrica como lo existe en la nutrición clínica del adulto.

Ahora bien, como en todo proceso de la vida, debemos partir por establecer estándares mínimos de acuerdo sobre conceptos que a la luz de todos pueden ser sencillos, pero que lamentablemente, se prestan a confusión entre nosotros mismos. Entre los aspectos en los cuales, la opinión y argumentos deberían ser estándar podemos citar:

 

  • La importancia de la biotransferencia y por ende la nutrición de la madre, en el estado nutricional del recién nacido. Por ejemplo, los almacenes corporales del neonato se consolidan fuertemente durante el tercer trimestre de vida intrauterina a partir de las reservas corporales de la madre.
  • La fundamentación bioquímica, clínica y nutricional de las características de la leche humana como alimento superior para el recién nacido. La leche humana es el alimento ideal para el neonato porque cambia y se adapta a sus necesidades particulares de manera perfecta; sin embargo, la prevalencia de lactancia materna exclusiva no ha sufrido mejoras importantes en los últimos años, por lo menos en el Perú.
  • La forma de introducción de la alimentación complementaria y la ruptura de las decenas de mitos asociados con ella. Todavía existe demasiado temor e ideas sin evidencia clínica que las sustente sobre cuál alimento se debe incorporar a la dieta del niño o cuál no. Las características bioquímicas de la proteína, la posibilidad de alergia alimentaria son dudas que persisten y no permiten un ejercicio profesional competente.
  • La forma de evaluar el estado nutricional del niño. Tradicionalmente, la evaluación nutricional del niño se ha circunscrito a la valoración antropométrica de su crecimiento (peso-talla, talla-edad, IMC-edad, perímetro cefálico-edad) cuando estos aspectos, aunque fueran normales, podrían enmascarar cuadros diversos de malnutrición tanto por exceso como por defecto. Es necesario, como viene sucediendo en los adultos, que consensuemos la utilización de un proceso estandarizado de evaluación nutricional de modo que nuestras observaciones sean comparables, medibles y mejorables.
  • La forma en que la provisión de nutrientes puede modificar la respuesta del sistema inmunológico en una situación u otra o el impacto de una microbiotica en estado de eubiosis como soporte para una respuesta metabólica adecuada. Recientemente, se ha escrito mucho sobre el uso de prebiótico y probiótico en niños, no obstante, tenemos la necesidad de establecer los estándares mínimos para su empleo seguro en el tiempo.
  • La forma en que debemos manejar los problemas de nutrición de alta prevalencia en la población pediátrica como son el retardo en el crecimiento, la anemia por deficiencia de hierro o el sobrepeso-obesidad sin afectar el normal crecimiento del niño.

 

Como dijimos, la nutrición clínica pediátrica viene creciendo de manera constante y segura, no obstante, requiere de un impulso adicional para poder consolidarla de manera concreta como un área más de sub-especialización. El camino seguido por la nutrición clínica en el adulto es un buen referente, tan solo queda, ponernos de acuerdo y empezar a estandarizar conceptos.

 

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Por Robinson Cruz

*Robinson Cruz es Director General del Instituto IIDENUT. Cuenta con 20 años de experiencia como nutricionista clínico y especialista en Bioquímica aplicada a la Nutrición. Es investigador y docente invitado en los programas de nutrición de pre y posgrado de decenas de universidades en 20 países de Iberoamérica. Más de medio millón de profesionales siguen sus publicaciones en diversos medios digitales. En este tiempo ha formado miles de profesionales de la nutrición, ha publicado casi una docena de libros y cientos de comunicaciones relacionadas, entre otras actividades.

 

 

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

En IIDENUT rechazamos rotundamente aquellas prácticas asociadas con el uso inapropiado de la información con fines comerciales. Nuestros estándares éticos nos impiden aceptar, difundir o parcializarnos subjetivamente con producto o práctica alguna que vaya en contra o distorsione la labor científica del nutricionista.

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Comunicado sobre la admisión de profesionales no nutricionistas a la Segunda Especialidad de Nutrición Clínica de la Escuela de posgrado de la Facultad de Bromatología y Nutrición de la Univeridad Nacional José Faustino Sánchez Carrión

A nuestra comunidad institucional y la opinión pública.

1. El 04 de diciembre de 2020, la Junta Directiva del Consejo Regional V del Colegio de Nutricionistas del Perú presidida por el Lic. Richard Ezequiel Torres Mejía en carta abierta dirigida al Rector de dicha casa de estudios, Dr. César Marcelino Mazuelos Cardoza, denunció que en el proceso de admisión al programa de Segunda Especialidad de Nutrición Clínica de esta casa de estudios habían sido admitidos profesionales no nutricionistas.

2. En este contexto, decidimos revisar el documento denominado “Plan de Estudios de Segunda Especialidad en Nutrición Clínica de la Escuela de Posgrado de la Facultad de Bromatología y Nutrición de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión” que fundamenta la existencia de este programa y hemos detectado los siguientes desaciertos:

  • En la presentación se establece textualmente: “el programa de Segunda Especialidad en Nutrición Clínica dirigido a los profesionales de salud”.
  • En la justificación se establece textualmente: “Las unidades hospitalarias a nivel mundial deben estar conformados por personal especializado en todos sus niveles. Se exige que la dotación de personal de una Unidad de Nutrición y Dietética deba ser de médicos, bromatólogos, nutricionistas, dietistas, técnicos en Nutrición y el correspondiente personal administrativo”.
  • En el perfil de ingreso se establece textualmente: “Poseer título universitario de profesional en Nutrición o en área afín.” 

Sobre la información citada previamente, debemos comentar lo siguiente: 

Las maestrías y doctorados, a diferencia de las especialidades, sirven para generar conocimiento nuevo; nos proporcionan herramientas técnicas para que cualquier profesional sin importar su carrera pueda buscar y generar este conocimiento. Esta es la razón por la cual están abiertas a todos irrestrictamente para áreas específicas y afines. 

Las especialidades, por el contrario, sirven para perfeccionar competencias previamente adquiridas en pregrado, por eso, deben ser restrictivas. Un profesional de la nutrición no podría ni sería admitido en una especialidad de cirugía porque en nuestra formación no desarrollamos esa competencia. 

Los profesionales de nutrición somos formados durante 5 años para luego buscar la especialización en alguno de los 4 pilares básicos de nuestra carrera: la nutrición clínica, la nutrición de población, la nutrición deportiva y la gestión en nutrición. Si se admitiese a un profesional no nutricionista en la Segunda Especialidad en Nutrición Clínica ¿cómo podría perfeccionar algo que nunca recibió previamente? 

Es un error afirmar que las Unidades de Nutrición y Dietética deban estar integradas por un profesional médico. Esto aplica a las Unidades de Terapia Nutricional que por su naturaleza son interdisciplinarias e incluyen, ademas de profesionales de la nutrición, a otros profesionales de la salud.

Durante años, los profesionales de la nutrición hemos peleado en todos los ámbitos posibles contra el ejercicio ilegal de la carrera (eufemísticamente llamado intrusismo) por parte de profesionales no nutricionistas con absoluto desconocimiento del impacto que la nutrición puede tener sobre el metabolismo humano. Con la admisión de profesionales no nutricionistas a un programa de segunda especialidad en Nutrición Clínica se abrirá una ruta potencialmente peligrosa que servirá para avalar un trabajo que por lo descrito líneas arriba será ineficaz e ineficiente. 

Este hecho contribuirá a generar una práctica paralela que inevitablemente afectará el buen nombre y el desarrollo laboral de todos los profesionales de la Nutrición. No solo eso, estaremos frente a un argumento adicional para que los profesionales no nutricionistas puedan tomar las jefaturas de los servicios, unidades o departamentos de nutrición del país como ya viene sucediendo desde hace algunos años en nuestros países vecinos.

Exhortamos a las autoridades de la universidad a detener el proceso en cuestión y a la comunidad de nutrición estar atentos para que este hecho no prosiga; acciones como estas, pueden generar una peligrosa premisa para que otras casas de estudio evalúen seguir el mismo camino. 

 

Dirección general.

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